De la tierra a su Spa: Fitocosméticos

Los fitocosméticos han comenzado a ocupar un lugar preponderante en los Spas, sobre todo en aquellos que no creen en las bondades de los cosméticos que utilizan los adelantos de la química sintética, ya que no sólo son eficaces en sus funciones,  sino que además reducen cualquier tipo de efecto secundario derivado del altísimo contenido de agentes sintéticos nocivos para la salud

Se puede definir la fitocosmética como el uso de los principios activos de las plantas para cuidado y estética de la piel y el cabello. El uso de unas u otras plantas viene determinado por su actividad fisiológica, que varía de unas plantas a otras, de modo que hay plantas para casi todas las necesidades estéticas, por tanto, a los productos derivados de las plantas se les denomina también con el nombre de fitocosméticos, y son aquellos fabricados con base en plantas medicinales y sus derivados. La materia prima vegetal se puede encontrar en forma de plantas enteras o sus partes y los jugos retirados por incisiones sobre el vegetal vivo, frescos o secos, enteros, cortados o pulverizados, o sus extractos fluidos, viscosos o secos. Se seleccionan, purifican y tratan mediante delicados procesos de elaboración. Al ser de origen vegetal protegen la piel.

Sin duda, en su Spa el uso de este tipo de productos forma parte de alguno de los tratamientos o tendencias de cuidado, ya que cada día son más los establecimientos que en la industria Spa están apostando a ser líderes en este tipo de conceptos, no sólo por moda sino como resultado de una conciencia en ponderar lo natural por sobre lo químico. Y seguramente forman parte de su stock de productos debido a las propiedades dermatológicas que poseen, que son muchas y muy variadas: tonificantes, astringentes, antiinflamatorias, antisépticas, cicatrizantes, detergentes, suavizantes, calmantes, emolientes, descongestionantes, refrescantes, etcétera.

Las formas cosméticas de preparación de los fitocosméticos son también numerosas, existen formulaciones que utilizan extractos vegetales en cremas, emulsiones, lociones, geles, aceites, jabones y desodorantes, entre otros. Por ejemplo, hay una serie de plantas que son especialmente interesantes en productos de tipo estético, pues están citadas continuamente como principal principio activo de muchos de los productos que se pueden utilizar habitualmente o bien de algunas cremas y jabones. Esos principios se encuentran en la hoja, el tallo, el fruto, la flor, el bulbo, la corteza o el grano, en función de la concentración del mismo.

El origen

La palabra fitocosmética deriva de la palabra griega “kosmein” que significa “decorar”, mientras que “fitos” significa “planta”, por lo que se podría decir que la fitocosmética utiliza principios activos de origen vegetal en productos cosméticos.

Ya desde la Grecia antigua, Roma y Persia, se atribuyó a las plantas un culto tal que las elevaron a la categoría de auténticas divinidades. En pueblos de culturas primitivas penden de los llamados árboles sagrados los más raros votos y trofeos de guerra. Tampoco son insólitas las creencias en la presencia de genios, ninfas y faunos en ciertos árboles de los que habla la historia de la botánica. Este homenaje de culto por parte del hombre hacia el reino vegetal es merecido, en cuanto que mediante él se agradece la variedad con que aquel le nutre, le cura y hasta le viste.

La primera receta original de la primera crema de cara del mundo, elaborada por el médico romano Claudio Galeno de origen griego, que vivió en el primer siglo. Galeno llamó a su invención Unguentum Refrigerans (carpeta refrescante), fue elaborada con base al agua de rosas, cera de abejas y aceite de oliva. Los cosmetólogos modernos dicen que la fabulosa pomada Galen era un fitocosmético.

Técnicas de extracción de la fitocosmética

Para extraer los principios activos naturales de las hierbas y plantas se pueden utilizar disolventes específicos que podrían contaminar la pureza de los productos obtenidos. Por este motivo una de las técnicas de extracción que más se utiliza es el llamado CO2 supercrítico (en química, CO es el símbolo del anhídrido carbónico). Este proceso asegura la pureza del extracto obtenido y la no toxicidad de las sustancias utilizadas.

Actualmente, en la Unión Europea no existe ninguna normativa que detalle los requisitos que debe cumplir este tipo de cosméticos. Así, los fabricantes de cosméticos se someten a los criterios de empresas privadas de certificación, que garantizan el carácter natural o ecológico de los cosméticos. En el año 2010 se creó la Cosmetics Organic Standard (COSMOS), que agrupa a las cinco agencias más importantes de Europa: Ecocert Greenlife (Francia), BDIH (Alemania), Cosmebio (Francia), ICEA (Italia) y Soil Association (Reino Unido). Los más habituales son los cosméticos certificados por Ecocert o Cosmebio.

Como regla general, se puede decir que un producto es natural si su composición contiene al menos un 95% de plantas, hierbas o elementos no artificiales. Cremas, lociones y aceites específicos deben contener por tanto un porcentaje altísimo de sustancias naturales para poder garantizar la eficacia que el producto obtiene de los principios activos naturales.

En fitocosmética, los productos tienen aspectos diversos: existen lociones para el cuerpo, cremas para la cara, mascarillas, exfoliantes, peelings, sueros concentrados, fluidos, aceites, geles, hidrolatos, se diferencian por su composición química, su consistencia y la concentración de los principios activos. Las combinaciones de los principios activos naturales que se pueden utilizar son infinitas.

Cómo actúan

El valor de los fitocosméticos deriva precisamente de su origen natural: no sólo son eficaces en sus funciones estéticas y de higiene, sino que además reducen cualquier tipo de efecto secundario y suman beneficios relacionados con la salud. Los productos fitocosméticos ejercen sobre la piel considerables efectos benéficos y se resumen de la siguiente manera:

  • Son muy bien absorbidos por la piel
  • Ayudan a su metabolismo
  • Favorecen una mejor respiración del tegumento
  • Acidifican la piel, con lo que equilibran su pH
  • Oxidan los residuos del estrato córneo
  • Rejuvenecen los tejidos, al facilitar la renovación celular
  • Dan tonicidad y viveza, al mismo tiempo que aclaran el tinte de la piel

Señalan médicos investigadores del Departamento de Dermatología de la Universidad del Centro Médico de Friburgo, Alemania, en una revisión de la literatura publicada en 2010 en el American Journal of Clinical Dermatology, que las plantas utilizadas para tratar afecciones dermatológicas fueron 90% efectivas respecto a formulaciones de fármacos.

Principales activos de los fitocosméticos:

  • Abedul (Betula alba): Estimulador del cuero cabelludo tiene una acción antiseborreica y reduce la fragilidad capilar. Estimula la producción de células de queratina, que representan 95% de la piel.
  • Manzanilla (Matricaria chamomilla): En la piel, actúa como calmante y refrescante. Contiene apigenina, un compuesto amarillo, destaca y da brillo al cabello rubio.
  • India-castaño (Aesculus hippocastanum): Actúa como protector solar, el bloqueo de los rayos UVB. Su capacidad para mejorar la circulación de la sangre también tiene efectos sobre el cuero cabelludo, la reducción de la fragilidad capilar.
  • Acai (Euterpe oleracea): Es una fruta rica en vitaminas, antioxidantes y aceites emolientes (que trae suavidad e hidratación). Introduce los nutrientes y las propiedades de protección y está indicado para su uso en productos para el cabello y las fórmulas para nutrición y regeneración de la piel.
  • Cártamo (Carthamus tinctorius): Es un excelente antioxidante. Gracias a su tintório poder, también se utiliza para mejorar el brillo del cabello. Aún se pueden encontrar en las fórmulas para restaurar la vitalidad del cuero cabelludo.
  • Nuez de macadamia (Macadamia integrifolia): El aceite de macadamia contiene 2% de omega 7, un ácido graso que mediante el recubrimiento del cabello, previene la deshidratación y la sequedad de los cabellos, manteniendo su resistencia a la humedad y de peinado. Es un excelente anti-frizz.
  • Uva (Vitis vinifera): Contiene hidratos de carbono, proteínas, vitaminas B1, B2, B5, B6 y PP, así como provitamina A, sales minerales (especialmente potasio) y antioxidantes. Es excelente para prevenir el envejecimiento prematuro de la piel.
  • Sauce (Salix alba): Entra en la composición de los productos para combatir la piel grasa. El árbol contiene compuesto de ácido salicílico que puede penetrar en los poros y evitar que la producción de sebo de las glándulas sebáceas se extienda.

Teniendo en cuenta los beneficios y activos de mayor interés, se pueden distinguir los siguientes grupos en la fitocosmética:

  1. Astringentes. Ejercen esta acción las plantas ricas en taninos y otros tipos de compuestos como ácidos orgánicos, flavonoides, antocianinas, etcétera. Sus acciones a nivel de la piel en uso externo son: disminución de las secreciones sebáceas, cierran los poros, reafirman la piel, vasoconstrictoras, descongestivas y antiinflamatorias. Sobre todo se emplean en el tratamiento de pieles grasas. Activos: Hamamelis, Nogal, Ortiga blanca, Escaramujo, Rosa roja, Zarzamora.
  2. Emolientes y suavizantes: Esta acción la poseen los mucílagos, pectinas y almidón. Son capaces de retener agua manteniendo una adecuada hidratación y formando una barrera protectora sobre la piel, por lo que ejercen una acción beneficiosa en las pieles secas y el prurito. Activos: Lino, Malvavisco, Llantén, Borraja, Saúco, Gordolobo, Violeta, Pensamiento.
  3. Antisépticos: Esta acción se debe a que contienen esencias y otras sustancias químicas, como naftoquinonas y lactonas. Activos: Bardana, Caléndula, Hipérico, Hisopo, Ajedrea, Anís estrellado, Nogal, Lavanda, Menta, Albahaca, Orégano, Romero, Salvia, Serpol, Tomillo, Propóleos. 
  4. Antifúngicos: Contra los hongos. Activos: Enula, Propóleos, Nogal, Orégano, Tomillo, Ajedrea, Ajo, Neem. 
  5. Cicatrizantes: La cicatrización se favorece con el empleo de plantas con acción astringente (plantas con taninos), antiséptica (plantas con esencia) y antiinflamatoria (plantas con taninos, mucílago, azuleno) o bien con aquellas que contienen sustancias como la alantoína o el asiaticósido y que favorecen la regeneración epitelial. Activos: Centella asiática, Milenrama, Manzanilla romana, Caléndula, Cola de caballo, Manzanilla común, Consuelda, Agrimonia, Zanahoria.
  6. Para combatir el sudor: Roble, Ciprés, Salvia. 
  7. Calmantes. Algunas plantas, tales como tila o melisa, se emplean también en uso externo por sus propiedades sedantes.
  8. Materias grasas: Ciertos aceites ricos en glicéridos, vitamina E, ácidos grasos esenciales y lecitinas tienen interés porque ejercen una acción suavizante, protectora e incluso nutritiva sobre la piel. Entre los de mayor empleo figuran los siguientes: Aceite de almendra, olivo, maíz, lino, borraja, germen de trigo.
  9. Productos capilares: Estimulantes del folículo piloso: son tonificantes del cuero cabelludo. Activos: Romero y Ortiga Blanca.
  10. Colorantes: se emplean para teñir el pelo plantas con naftoquinonas como nogal (cabellos castaños), la manzanilla se emplea para dar reflejos rubios al cabello.

Confíe en los cuidados que le ofrece la madre naturaleza para mimar a su clientela, pues como se ha dicho en diversas ocasiones, ésta cada día esta más consciente de los beneficios de lo natural en beneficio del cuidado al medio ambiente y a la salud misma.