¡Escuche, Vea, Aprenda y Trabaje!

“Desde cualquier punto de vista, a nivel empresarial, usted es un profesional, que sabe de la importancia de conocer toda aquella información o evento que se suscite en torno a su Spa, aunque no necesariamente dentro de él, para sacar el máximo beneficio de lo que suceda a su alrededor, como el hecho de saber detectar de manera oportuna cuáles son los gustos y necesidades que el cliente de hoy exige para alcanzar el máximo bienestar”

El mercado de servicios se presenta siempre en constante movimiento y evolución, rara vez se estanca - sobre todo en aquellos productos que están vinculados a proporcionar desde la parte tangible, que es lo físico, como el ver, tocar o probar, hasta lo intangible, despertar sensaciones que van desde el confort hasta tener sentimientos de plenitud -, en particular en la industria de la hospitalidad que a su vez engloba a esta cada vez más pujante industria Spa. Por esta razón, todo directivo debe estar atento a la más leve oscilación que en cuestión de preferencias manifieste el consumidor o cliente Spa, porque sólo así es como se van construyendo aquellas estrategias que cimentarán el negocio, con base siempre en los cambiantes parámetros en los que se desenvuelve este tipo de mercado.

Para lograr ir acorde a los movimientos de su cliente, de su mercado y de su industria, hace mucho tiempo alguien señaló que tan sólo se precisaba de tres cualidades: escuchar, ver y aprender y una sola habilidad: trabajar.

Un ejemplo de la aplicación de tal premisa es el masaje de tipo oriental en sus distintas modalidades; éste se ha creado y desarrollado a través de la observación del comportamiento de la propia sociedad de la que usted y todos formamos parte, en lo que a materia de salud, bienestar y relajación se refiere.

Esta “moda” está basada en una tendencia detectada por medios especializados del sector Spa (Véase tendencias Spa 2013 Newsletter Nº 5, abril 2013), así como a las diversas maneras en que la publicidad la exhibe y muestra.

En este sentido, si su Spa no considera sumarse a esta tendencia-moda, corre el riesgo de llegar a última hora justo cuando deje de ser actualidad.

Como ya se habrá dado cuenta, ningún empresario que se considere a sí mismo emprendedor y juicioso puede creer hoy en algo estable cuando menos en lo que a preferencias y/o gustos del cliente se trata, y ninguno puede prestar atención a nada que no sea la llegada de una nueva actualidad en la creencia de que, pasando de todo no llegue a pasar nada. Esto cuando menos, no funciona así para la industria Spa.

Ponga en acción sus cualidades

Quizá el mayor acento que se debe poner al momento de escuchar, ver y aprender es reflexionar sobre esa nueva relación entre el cliente y la calidad de vida, y el lujo en todos los aspectos de su vida. En épocas anteriores, las clases populares y medias veían en las marcas de lujo bienes inaccesibles que, destinados en exclusiva a la minoría socialmente privilegiada, no formaban parte de su mundo real. El destino social a la que estaban abocados ha cedido el paso al derecho al lujo, a lo superfluo, a las marcas de calidad, lo que el ensayista mercadológico Pilles Lipvetsky llama "la democracia del confort".

Es así que de la necesidad, propia de las clases populares, éstas han pasado a los gustos de lujo característicos antiguamente sólo para las clases adineradas. Todo el mundo cree tener derecho a la excelencia, y aspira a vivir mejor y en las mejores condiciones. Basta observar la cantidad de Spas que conforman la industria Spa, a los cuáles si tuviera que etiquetárseles, al igual que los hoteles, los hay de Categoría Diamante, Cinco Estrellas, Cuatro Estrellas, Tres Estrellas; es decir, para todos los gustos y tipos de clientela.

Debe quedar claro que hoy, aquel que va a un Spa, si bien lo hace pare procurarse una dosis de bienestar, también lo hace para exhibir que es parte de esta tendencia o moda, no para ponerse por encima de los otros, sino sencillamente para no parecer menos que los otros, para participar igualitariamente en esta industria que cada día crece y convence más, tanto a los que ya están dentro como a los que están fuera.

Eficacia, es otro de los factores a observar, escuchar y aprender. Se vive en una sociedad en donde la inmediatez priva por encima de todo, el cliente está con una preocupación obsesiva por ganar tiempo, lo que obliga a que el consumo, cuando menos el que se ofrece en un Spa, cumpla con la exigencia de ser rápido y eficaz, esa es quizá la razón fundamental por la que 70% de la industria Spa está conformada por Spas Urbanos o Day Spas, para brindar servicios que, por un lado, proporcionen un servicio de relajación y bienestar en un tiempo récord (de 30 a 50 minutos un masaje promedio), logrando que el cliente viva una experiencia grata.

Finalmente, observe, escuche y aprenda que a diferencia de lo que significaba en sus inicios el consumo del producto Spa hoy éste expresa ante todo las diferencias de edad, los gustos particulares, la identidad cultural y personal de la gente. Lo que ahora sostiene la dinámica de consumo del cliente es la búsqueda de la felicidad privada, la optimización de sus recursos corporales y comunicativos, la salud ilimitada, la conquista del espacio-tiempo personalizado.