Spas y termalismo, Binomio de Salud

“Las aguas termales son aguas que proceden del interior de la tierra y emergen a altas temperaturas. Son ricas en diferentes minerales y son utilizadas como terapia para mejorar el bienestar”

Aunque se estima que el hombre primitivo de la edad de piedra, ya conocía las propiedades beneficiosas a la salud de las aguas minerales (la historia del agua como agente terapéutico comienza en la prehistoria, los hombres observaron que los animales heridos o enfermos se acercaban a manantiales de agua caliente o con un sabor u olor distinto a la que solían beber, y que después se mejoraban), se considera que los primeros balnearios de aguas mineromedicinales que se conocen datan de hace 2000 a.n.e. Se han encontrado evidencias de esa época de la existencia en la ciudad india de Mojenjo-Daro (Enciclopedia Microsoft, 1999) y en la ciudad de Epidauros, en la Antigua Grecia (Larionov, 1979). También han aparecido instalaciones en la isla griega de Creta (entre 1700 y 1400 a.n.e.) y en la ciudad egipcia de Tel el-Amarna (1360 a.n.e.).

Entre los griegos las curas mediante baños de aguas medicinales alcanzaron gran difusión. La mayoría de los centros médicos disponían de manantiales que facilitaban las técnicas hidroterapéuticas (Armijo-Valenzuela, 1994). Entre ellos se destacaron los de Peloponeso, Cos, Pérgamo, Cnido, Rodas, etc. La medicina de la época logró alcanzar un gran desarrollo, estaba inspirada en Asclepio, el dios griego de la medicina. En esa época se creía que muchos dioses curaban a partir de agua. Por ello los balnearios se llamaban asclepias, por el dios Asclepio, y se construían en zonas termales consideradas bendecidas. Es decir, si se tenía Fe existía la curación, y por ello los enfermos acudían como peregrinación, donde eran atendidos por sacerdotes descendientes de Asclepio aplicando técnicas hidroterápicas. Es decir, ya se le conferían propiedades terapéuticas al agua mineromedicinal, aunque primaban prácticas empíricas, de observación y tanteo, en forma similar a la forma en que lo llevaban a cabo los pueblos primitivos.

Las termas originales sólo disponían de agua fría y se aplicaba en tinas para baño. A finales del siglo V (a.n.e.) se empiezan a construir complejas instalaciones independientes, distribuidas en la ciudad, que brindaban piscinas con agua fría o templada y baños de vapor. En Grecia y en Roma los baños se convertían en complejos rituales y se acompañaban de ejercicios y masajes.

Las termas romanas más antiguas que se conservan hasta hoy son las de Stabiano en la ciudad de Pompeya. Fueron construidas en el siglo II (a.n.e.). El agua que abastecía las termas, en ocasiones se traía desde fuentes lejanas. Además, por aquella época se crearon en Roma muchas termas públicas, las cuales tenían una función social y política. Se convirtieron en lugares ideales para el recreo y la relación social, construyéndose en ellas verdaderas obras de arte (Enciclopedia Microsoft, 1999). Las técnicas eran parecidas a las griegas, buscando un equilibrio del cuerpo alterado por causa de la enfermedad, siendo una de las aplicaciones más comunes el alivio de los dolores reumáticos.

Durante la dominación romana, se expandieron por Europa sus hábitos y normas, incluyendo las termas, con lo cual se difundió la práctica de las curas balnearias.

La dominación de los bárbaros trajo como secuela, entre otras, la destrucción de gran parte de las termas romanas y una involución en la práctica de las curas termales.

La iglesia cristiana, por su parte, daba más prioridad a la limpieza espiritual que a la limpieza corporal y consideraba las termas romanas como un lugar de perversión. Durante toda la etapa medieval se hizo poco uso de las aguas mineromedicinales, incluso escaseaba el abasto de agua y las cañerías y fue habitual el poco aseo personal. En Escandinavia, donde el cristianismo tardó en imponerse, cada casa contaba con una instalación denominada sauna, donde se aplicaban primero baños de agua templada y luego de agua helada.

Con la invasión de los árabes al sur de Europa, se reintegraron los baños públicos y las curas termales. Todas las ciudades importantes dispusieron al menos de un baño público. Entre estos se destaca El Baño Real de la Alhambra en Granada.

Después de la reconquista de España por los reyes católicos y la expulsión de los musulmanes del territorio ibérico, se volvió a restringir la práctica de las curas balnearias, relacionándose esas costumbres con actos herejes, moriscos y judeoconversos.

En Constantinopla, durante el imperio bizantino, se mantuvieron las costumbres romanas, las cuales perduraron y se reforzaron durante el dominio turco.

Las Cruzadas dieron también un florecimiento a las curas termales. Las aguas mineromedicinales fueron utilizadas para la cura de los heridos y combatir las enfermedades contraídas en Oriente (Armijo-Valenzuela, 1994).

El Renacimiento, que surge a partir del siglo XV, no trajo avances significativos en el campo de la balneoterapia, a pesar de los adelantos significativos que significó para la medicina en general. Sin embargo, los nuevos descubrimientos geográficos pusieron de manifiesto el uso de las aguas termales por parte de los pobladores del Nuevo Mundo.

Entre los siglos VIII y XIX se produce una recuperación de la cultura clásica y se generaliza la costumbre del uso del agua termal y de los baños en general como una de las medidas higiénicas. Sin embargo, debido al hacinamiento de las personas en las grandes ciudades europeas, en el siglo XIX se produjo un brote de cólera, se puso de manifiesto la necesidad de construir baños privados y públicos como medida de higiene.

Gracias a los avances científicos y sociales de este siglo se comprendieron las bases de la hidroterapia y su funcionamiento. Los estudios de medicina intentan comprender el funcionamiento del cuerpo humano, mejorando diagnósticos y técnicas, introduciéndose la asignatura de hidroterapia en algunas facultades de medicina.

Los médicos buscaban la causa de la enfermedad para así prevenirla antes de su comienzo. A su vez, surgen estudios sobre el agua en sí misma. Los geólogos, junto con los químicos investigan las características físicas o químicas, clasificándolas. El termalismo se somete a experimentación científica y observación clínica racional y crítica, obteniendo el respeto de los médicos como medio de curación y prevención.

Desde hace varios años el ritmo de vida moderno, el estrés, el trabajo hace que la gente busque momentos de relax y tranquilidad. Se acude a los balnearios, donde se combinan los métodos hidroterapéuticos con la tranquilidad y el reposo.

Así mismo se está produciendo un retorno a una medicina natural y no agresiva, siendo de especial importancia las terapias preventivas, por lo que la gente no sólo va a los balnearios a curar patologías sino que también a prevenirlas.

El termalismo y el Spa

El termalismo actual está íntimamente vinculado con el Turismo de Salud y por ende con el Spa, lo cual le da una nueva dimensión. Ya en el siglo XIX, las demandas del termalismo permitieron el desarrollo de un nuevo termalismo. Los balnearios aislados se convirtieron en verdaderas villas de agua, lo cual se debió a la aparición de hoteles de primera clase, restaurantes y cafeterías, salas de teatro, tiendas para la venta de souvenirs, etcétera. En Francia, legiones de visitantes prestigiosos, tales como Napoleón III y la emperatriz Eugenia, contribuyeron al desarrollo de esta nueva modalidad en los balnearios, asociada al turismo.

El turismo constituye una actividad organizada a partir del tiempo libre del hombre, cuyo desarrollo provoca consecuencias de tipo político, culturales, de salud y socioeconómicas. Dentro de los objetivos del turismo actual se encuentra el denominado Turismo de Salud, y en particular, el termalismo curativo.

El termalismo como parte del turismo de salud, es visto no solo como forma de curar, sino de preservar la salud y lograr una mejor calidad de vida.

Las primitivas termas y balnearios fueron evolucionando, surgieron novedosas estaciones hidrotermales y centros SPA, y además de las curas por baños de agua templada y de vapor, se unieron nuevas ofertas a los turistas que acudían a esos centros; jabones y cosméticos producidos con microalgas, así como aguas  envasadas generadas en el lugar, la presencia de un paisaje acogedor y un microclima agradable, apetecibles ofertas gastronómicas, manifestaciones artísticas y artesanales locales, etcétera.

Los actuales centros termales constituyen un conjunto de instalaciones que contemplan balnearios, piscinas, gimnasios, hoteles, restaurantes, teatros y boutiques. Se encuentran ubicados en los alrededores de la fuente o fuentes termales, donde además, se organizan visitas a los lugares típicos, se practica el turismo ecológico y el senderismo, entre otros.

Turismo de salud

Para el desarrollo de esta modalidad turística es necesario disponer de centros especializados donde se combinan los servicios médicos con vacaciones, medio ambiente y salud.

Por eso es importante que antes de desarrollar los centros o Spas que den cabida al termalismo se tome nota de qué tipo de aguas son, las cuales se clasifican por su origen en:

  • Magmáticas: Nacen en filones metálicos y su temperatura suele ser más alta, hasta 50º C. Son ricas en arsénico, boro, cobre, fósforo, etc.
  • Telúricas: Pueden aparecer en cualquier lugar y son ricas en bicarbonatos, cloruros, sales de cal, etcétera.

Por su temperatura se clasifican en:

  • Aguas Hipertermales, más de 45º C
  • Aguas Mesotermales o calientes, de 35º a 45º C
  • Aguas Hipotermales o poco frías, de 21º a 35º C
  • Aguas frías, menos de 20º C

Por su contenido en minerales:

  • Aguas ferruginosas: Rico contenido en hierro.
  • Aguas cloruradas: Contienen cloro.
  • Aguas sulfuradas: Contienen azufre.
  • Aguas sulfatadas: Además de azufre pueden contener sodio, calcio o magnesio.
  • Aguas bicarbonatadas: Con bicarbonato.

También se debe considera que entre los recursos naturales que se ofertan por el termalismo moderno en el Turismo de Salud se encuentran los siguientes: 


  • Aguas mineromedicinales (Balneoterapia o Crenoterapia).

  • Aguas minerales envasadas
  • Aguas naturales en piscinas (Hidroterapia)

  • Aguas naturales con CO2 (Carboxiterapia)
  • Peloides (Peloterapia o Fangoterapia)

  • Microalgas (Productos Cosmecéuticos)

  • Algas marinas (Algoterapia y Productos Cosmecéuticos)

  • Arenas marinas (Arenoterapias)

  • Salmueras en Salinas
  • Aguas Madres
  • Clima Terrestre (Climatoterapia o Aeroterapia)

  • Clima Marino (Curas Oceánicas, Curas Litorales y Cruceros de Salud)

  • Aerosoles Marinos (Aerosolterapia)

  • Sol (Helioterapia)

Medicina tradicional asociada al termalismo: 


  • Fitoterapia
  • Homeopatía
  • Cosmiatría
  • Medicina Bioenergética
  • Acupuntura
  • Yoga

Sin duda, las aguas termales son altamente beneficiosas para el organismo, por lo que su uso y aplicación se ha convertido en una terapia alternativa a la medicina tradicional, aunque por supuesto no son la solución a todos los males. Las propiedades a las aguas termales se las da el alto contenido de minerales disueltos en ellas. Sus bondades son tantas que incluso son utilizadas en la elaboración de cosméticos y cremas y de esto, los Spas saben mucho.