Turismo Rural: Wellness, Spa y Algo Más

“Con auténtica cultura de campo, diversidad de estancias y pequeños establecimientos rurales de la Argentina, tales como en Neuquén, Salta y Catamarca, presentan una variada oferta de agroturismo y turismo de estancias a lo largo de toda su geografía, en combinación con otras actividades, en donde las  de bienestar llevan la batuta”

En la actualidad, el hombre urbano es frecuentemente impulsado a una búsqueda de la naturaleza, de sus orígenes y de formas de vida sencillas en las cuales lo familiar, lo artesanal y la gastronomía casera, entre otras cosas, cobran una dimensión que se convierte en necesidad.

El turismo rural permite conocer y vivenciar costumbres y aspectos de la vida de campo disfrutando del entorno natural y de una hospitalidad que es habitual en las casas rurales, en un marco de explotaciones agrarias y edificios típicos. Ofrece además, la posibilidad de realizar múltiples actividades recreativas, deportivas y rurales. Esta modalidad de turismo toma dos variantes, el Agroturismo y el Turismo de Estancias.

  • Agroturismo: Se basa en conocer mediante rutas la explotación de frutas finas, de carozo y pepita; cultivo de hortalizas; elaboración de dulces; envasado de frutas; crianza de animales de granja y fabricación de quesos y embutidos, entre otros.
    En ellas es posible participar en las labores de huerta orgánica, la recolección de frutas, la elaboración y posterior degustación de comidas típicas y además, recorrer senderos de producción e interpretación.
  • Estancias: La otra variante, el turismo de estancias, ofrece la posibilidad de conocer actividades agropecuarias y forestales que tienen lugar en un entorno natural relevante en grandes extensiones de campo matizados con bosques nativos. Su ubicación a lo largo de toda la provincia permite contemplar una diversidad de paisajes que varían de acuerdo a su localización: desde montañas, bosques y ríos cordilleranos, hasta la estepa patagónica.
    Allí se pueden disfrutar de las actividades propias de la estancia, tales como la cría de ganado ovino, vacuno y equino, así como también la esquila, ordeñe y señalada de animales. Además se puede practicar la caza y la pesca deportiva, la observación de aves y algunas actividades de aventura como trekking, cabalgatas, mountain bike y rafting, contando con la asistencia de personal idóneo.

Tanto en una como en la otra modalidad, las actividades dedicadas al bienestar a través de zonas Spa y wellness son parte de los servicios integrales que ofrecen, si bien no en las dimensiones de lujo y magnificencia que tienen este tipo de centros en lugares de Destino o Resort, pero si en cuanto a proporcionar la experiencia y el objetivo de dotar de bienestar y equilibrio a quienes optan por estas alternativas de turismo. Pero al mismo tiempo, van de la mano con las políticas de sostenibilidad que fundamentan al turismo rural.

El bienestar en medio de lo rural

En este sentido, las zonas wellness en este tipo de lugares se convierten en un valor añadido no tan sólo a la hora de que un establecimiento se convierta en referencia de calidad turística, si no también en temas de sostenibilidad. Para conseguir esto es necesario adaptar mejoras  tanto en el diseño y en la construcción, como en la posterior explotación.

Para lograr con éxito un Spa sostenible, los operadores de las estancias y de las zonas agroturísticas, suelen apoyarse en expertos para conseguir la máxima eficiencia en todos sus productos, porque conseguirlo supone un ahorro indirecto para sus clientes, además de consumir menos recursos naturales.

Las mejoras que se implantan, para minimizar el impacto medioambiental en un Spa o centro wellness pertenecientes al turismo rural, siguen unas pautas muy definidas, entre las cuales se pueden destacar las siguientes:

  • Utilización de materiales naturales en toda la construcción del centro. Por ejemplo, para la fabricación de las saunas se utiliza madera de bosques reforestados.
  • Eliminación del PVC de las tuberías, substituyéndolo por polipropileno electrosoldado.
  • Utilización de filtros de gran rendimiento para un mantenimiento perfecto de la piscina, con la mínima rotación de agua.
  • Excelente aislamiento de las saunas y cabinas para conseguir un ahorro energético óptimo.
  • Revisión periódica de los equipos, los criterios de higiene y limpieza, así como el uso eficiente de los materiales y productos biodegradables y renovables.
  • Los tratamientos en gabinete deben ser naturales utilizando productos saludables y de origen natural, libres de siliconas y derivados del petróleo, y con ingredientes biodegradables con bases de algas, barros y sales.
  • Aprovechar al máximo todos los espacios con luz natural y con vistas, y hacer un uso eficiente  de los rayos solares, prescindiendo así de la iluminación artificial. Si no se dispone de un espacio con luz natural se deben utilizar luces de bajo consumo.
  • La climatización del espacio se puede controlar con bombas geotérmicas, y el agua caliente se puede suministrar a través de un sistema de energía solar térmica.
  • Instalación de procesos de reutilización del agua utilizada en el spa.

Entre muchas otras, éstas son algunas de las mejoras que se pueden implantar en un Spa o zona wellness, consiguiendo unas instalaciones que cumplen con el principio de sostenibilidad y que respeten la Naturaleza. De esta manera, a su vez los  gastos del Spa se economizan beneficiando al establecimiento en general. Las medidas enfocadas al ahorro energético, si están bien planificadas, no suponen un gasto sino un ahorro muy importante para el hotelero. Se trata de que el proyecto global incluya este tipo de medidas eco-eficientes en la planificación, las cuales, a largo plazo, se van a ver rentabilizadas en la cuenta de explotación del hotel.

Como se observa, el sector agrario ha dejado de ser solamente un proveedor de bienes para adquirir una nueva dimensión como prestador de servicios. La tierra y las propiedades rurales se valorizan tanto por su potencial productivo como por el paisaje y las manifestaciones culturales de su entorno; también por la cercanía a mercados emisores de turismo.

Es por ello, que el turismo rural es un excelente instrumento para favorecer el desarrollo de los territorios rurales y un atractivo agronegocio para el productor. Su crecimiento está impulsado por la demanda de los habitantes de las ciudades quienes, con motivaciones diversas, requieren espacios naturales para el esparcimiento y la recreación. El turismo rural sin dudas, es una fuente muy importante para promover el desarrollo territorial rural.