El Mercado Spa Argentino y su Inclusión en la Oferta Mundial

“En la década reciente la industria Spa nacional ha crecido espectacularmente. No sólo es un mercado rentable para inversionistas e interioristas, sino también una interesante fuente de empleos y prueba palpable de lo avanzado que se está en el concepto de bienestar”

Si bien Argentina no cuenta con un exuberante ecosistema y una cultura ancestral (por ejemplo como Tailandia o India), sí posee espacios Spa que van de la mano de interiores lujosos y minimalistas en los Spas Urbanos y algunos escenarios naturales que hacen suponer que se está en los Alpes europeos, lo que contribuye a que el país sea un destino muy atractivo para los amantes del universo Spa, quienes usualmente buscan un lugar tranquilo y relajante. Quizá sea por esto, sumado a su oferta y servicio, que en la década reciente la industria del Spa ha experimentado un crecimiento espectacular en el país, y ya es vista como un rentable mercado por inversionistas, arquitectos e interioristas, así como consultores. 

Como ya se ha escrito con anterioridad, la diferencia principal entre un Spa y un balneario, es que en estos últimos, el agua tiene propiedades minero-medicinales, a diferencia de los Spa donde el agua es la común. Por tal motivo, contrario a las aguas termales, un Spa no depende de los recursos naturales de los alrededores. Por lo tanto, es habitual encontrarlos hasta en las grandes ciudades.

Asimismo, otra de las ventajas que ofrecen los Spas es la infraestructura al servicio de la comodidad y el gusto: se brindan variedad de opciones en cuanto a tratamientos, los cuales no siempre están vinculados al uso del agua.  A su vez, además de brindar saunas o hidromasajes, se ofrecen diversidad de alterativas que complementan la oferta de actividades tales como el yoga, tai chi y amplia diversidad de masajes. 

Es así, que el Ministerio de Turismo de la Nación, señala que el país ha registrado 25% de crecimiento anual desde 2007. Y según este organismo, 12 entidades del país concentran el mayor número de establecimientos Spa, lo que los hace un importante objetivo para los visitantes que buscan unidades y servicios de turismo de salud.

Es decir, en Argentina, hoy el turismo de salud representa hasta 30% del flujo turístico que reciben anualmente esos destinos, en donde la ciudad bonaerense está incluida.

Además de ese tipo de target, los Spas, en general, apuntan a la clase media alta, a los clientes ABC1 y a los turistas extranjeros. Estos representan el 40% de los clientes en Capital Federal. Y en el resto del país, el Spa es un factor definidor de destino: los extranjeros, acostumbrados a estos servicios, eligen el lugar por el Spa.

Los Spas argentinos destacan por las áreas de relajación mixtas y su liga con experiencias adicionales como salón de té, jugos, nuevas técnicas en tratamientos y diferentes experiencias sensoriales.

Una apuesta segura

A nivel global, la industria Spa y los servicios de bienestar y salud como experiencias sensoriales, en las que el diseño interior es imprescindible, muestran una expansión importante y representan ya millones de dólares.

El negocio del bienestar no existía hasta hace prácticamente 30 años, y según el documento Spa 2020, de la actual edición de Hotel Yearbook para profesionales de los Spa y la hospitalidad, este sector que  además de los Spa como negocios individuales incluye hoteles, hospitales y clínicas de bienestar alcanzará el billón de dólares en 2020. 

Las cifras reveladas en la última cumbre de Global Spa and Wellness Summit hablan de un mercado al alza, que tan sólo en facturación fue de 60 mil mdd en 2007 a 73 mil mdd en 2012. Y si hace cinco años existían 71,600 Spas en el mundo, a finales de 2012 la cifra llegó a 87 mil, 22% más.

El citado informe calcula que en la siguiente década, 50% del crecimiento global sucederá en países que no pertenecen a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Además, en el informe se estima que la renta per cápita en 200 países emergentes se duplicará en 2020. 

Regiones como Medio Oriente y Asia están experimentando un rápido crecimiento y desarrollo, posicionándose como destinos estrella dentro del sector del bienestar, lo que permite recuperar rápidamente la inversión realizada, animando la inversión en los Spas.

Las instalaciones catalogadas como turismo de lujo invierten en elementos de inspiración oriental como hamames (baños de vapor de origen turco), rasules (baños rituales de limpieza y relajación), o piscinas de hidroterapia.

Hay dos corrientes principales que explican el auge de los Spa. La primera se alinea con la medicina preventiva y el bienestar, cuidar factores psicológicos como el estrés o molestias físicas que en un futuro pueden derivar en cuestiones más serias. 

Según la presentación Mental Wellness & Happiness, Brain Performance & Creativity realizada en la cumbre de Global Spa and Wellness, 50% de los estadounidenses sufre estrés, y uno de cada ocho padece depresión. 

La segunda tendencia está relacionada con el placer y la estética, el verse y sentirse bien y retrasar la llegada de la vejez. 

Neville Brownhill, director de Atlam Design Worldwide, despacho británico especializado en el diseño de espacios de ocio y wellness para hoteles expresa: “Es importante fijar el ambiente del Spa desde la entrada, no sólo con luces y sonido, sino creando un concepto que destile sentimiento”.

Despertar los sentidos

Para los profesionales, la elección de recursos multisensoriales define las experiencias, que deben ser presentadas como un camino que va de una sensación a otra. 

El color, la luz, el sonido y el espacio pueden ser extremadamente relajantes si se usan de forma efectiva y si son naturales pues el fin es que desde que entra hasta que sale, el cliente tiene que sentir que ha escapado de la realidad.

De acuerdo con lo antes expuesto, en el país, principalmente en los destinos o resorts, en los proyectos hoteleros se destinan más metros cuadrados para los Spas: áreas más espectaculares, efectos espaciales atractivos, iluminación, vegetación en algunos casos, y refinamiento. La percepción de un santuario distinto, especial, una experiencia a vivir. Esa es la demanda hoy y, sin duda,  también a futuro.