Un Viaje a los Sentidos
“Cuando se investigan las motivaciones para acudir a un Spa, se observa que el cliente escoge productos y servicios que agraden a la vista, al oído, al tacto y al olfato, cerrando su circuito de acceso en función de la calidad, el precio, los servicios y, como valor añadido, un trato cordial”
El mundo tiene sentido cuando se puede comparar lo almacenado en el cerebro con lo percibido por los sentidos.
Montserrat Daban
En la búsqueda por brindar armonía y equilibrio, el Spa implícitamente es una oferta inigualable para despertar los sentidos y potenciarlos, ya que la decoración, los sonidos, el entorno, los colores y la atención ofrecida por especialistas forman al final ese todo que hace que cada uno de los sentidos se active y almacene en la memoria de la experiencia. Desde esta óptica, el Spa es por así decirlo, un pequeño microcosmos de sentidos despiertos, de olores vivos y sabores penetrantes; hecho para disfrutarse, para sentirse a gusto; para guardarse en el rincón más cariñoso de los recuerdos: la memoria… para visitarlo una y otra vez.
Porque más allá de la rentabilidad, de los números y de la competencia en el mercado, el Spa se vende como una experiencia sensorial que despierta los sentidos del cliente, no es gratuito que la palabra Spa, se encuentre en un destino o en la ciudad, evoca imágenes de baños de barro y clases de meditación, de cocina sana exquisitamente preparada y a eucalipto. Es decir, el Spa crea, no sólo aspira, a crear un impacto total a través de los cinco sentidos, para que luego éste sea recordado como una rica experiencia personal vivida junto a él y su marca. En el Spa el cliente aprehende intelectivamente el mensaje desde su sistema sensorial, activando las sensaciones archivadas, junto a las nuevas experiencias reales que el servicio en el Spa le brinda.
Desde esta vivencia de los sentidos, el Spa con sus ambientes serenos y de relajación, no sólo ha revolucionado el tema del bienestar, sino que gracias al sentido del tacto ha alcanzado como industria las cifras millonarias que hoy lo sitúan como una de las opciones de negocio más rentable y también, éste sentido del tacto ha sido y es su mejor arma de negocio y su mejor estrategia publicitaria. ¿Por qué se dice esto?
El tacto es sin duda el sentido más vivificado de los cinco que posee el ser humano y en el Spa, a través del masaje terapéutico, se lleva hasta el límite esta sensación, al mismo tiempo que se activan los demás, si queda alguna duda sobre esta afirmación, eche una hojeada a cualquier publicación impresa que hable de Spas y verá como de manera directa e indirecta se explotan los sentidos como la experiencia a vivir al visitar un lugar con esas características.
Es así que hoy, el eje que da vida al Spa: el masaje, aluda a un concepto global de sentidos, por lo que está vinculado no solamente al masaje como tal, sino a todas sus variantes, a tratamientos de hidroterapia, de aromaterapia, de terapias ancestrales, de fitness, de yoga y meditación, de alimentación sana y saludable, entre otras. Hoy, el masaje, sinónimo de Spa y el Spa como sinónimo de masaje son un negocio de los sentidos en donde el cliente termina de elaborar en su cerebro un gratificante mensaje polisensorial que archiva en su sistema de conocimiento, pero ahora enriquecido, con una vivencia real de mayor valor junto al servicio y la marca altamente conceptuada, y de ello hacen eco las revistas comerciales; ferias y congresos, consultores de Spa, propietarios y operadores de Spa, arquitectos y diseñadores de productos.
Los cinco sentidos Spa
La industria del Spa al explotar la sensorialidad del cliente, se ha visto obligada a llevar reformas importantes para actualizar sus Spas, con el objetivo de satisfacer las necesidades de sus clientes. Estas adiciones incluyen duchas Vichy, bañeras de hidroterapia, vapor, sauna y salas de usos múltiples para masajes y tratamientos faciales. Lo que hace un Spa el de al lado lo mejora y con ello se están potencializando no sólo las opciones para que el cliente despierte sus sentidos, sino que se esté generando más y más negocio para la industria Spa y esta a su vez está siendo fuente de empleo para otros sectores, desde el diseño hasta la construcción, los equipos, productos y puestos de trabajo para los profesionales del Spa.
Esencialmente, la suma es tan simple como esto: nuevos productos = más publicidad; más stands feriales, más competencia, más educación, más construcción, más investigación en los productos Spa, más escuelas y más terapeutas = una mejor economía. Y todo como resultado de potencializar los sentidos del cliente; aunque en muchos casos se haga de manera a priori o intuitiva.
La experiencia Spa es algo que sin duda el Spa debe planificar, porque aunque el cliente llegue con la disposición de vivirla, si no están presentes ciertos elementos que transporten cada uno de sus sentidos hacia ese lugar en donde el equilibrio en mente, cuerpo y alma es posible, difícilmente se logrará que viva las sensaciones que por antonomasia definen al Spa. Es por ello, que el propietario del Spa o la mesa directiva deben antes que nada, asegurarse de que en su negocio existen las condiciones o elementos que facilitarán esa experiencia sensorial y, que revisen una y otra vez la estrategia de mercadotecnia que están llevando a cabo, pues no se debe perder de vista que cada día más gente que vive bajo el estrés y las preocupaciones busca visitar un Spa como una buena y sana costumbre, en el sentido de que le permitirá disfrutar de una experiencia renovadora e incluso como de medicina preventiva.
Respecto a las cualidades que debe tener el Spa para despertar los sentidos del cliente, se destacan:
- Decoración del Spa. Cree un ambiente agradable a través de una decoración sin estridencias. Un clásico que no falla es la inspiración romana, pioneros del termalismo.
- Iluminación. Cuidar la iluminación le ayudará a crear también el ambiente adecuado para que su Spa sea un refugio contra el estrés.
- Cosmética Spa. En lo referente a la cosmética Spa es muy importante que busque texturas y olores que relajen y permitan realizar tratamientos antiestrés. Tome en cuenta que debe respetar la armonía de aromas para que no resulte excesiva ni desagradable.
- Música ambiente. Un factor fundamental a la hora de crear un clima adecuado para el relax y la desconexión.
- Y para el gusto. Muchos Spas ofrecen té o infusiones relajantes como complemento a sus tratamientos, haciendo que la experiencia sensorial sea completa. ¡Hágalo también!
Y, con relación a las cualidades de mercadotecnia, ésta se debe centrar en pensar en el cliente como protagonista de un modelo de negocio, por lo que se debe ver la vida a través de sus ojos, centrarse en los cambios de estilo de vida que está sufriendo el mundo, en cómo se percibe el producto Spa desde el punto de vista de salud, bienestar y consumo.
Recuerde que sólo se aprenden instintivamente aquellos mensajes que movilizan profundos estados de ánimo. Construcciones donde esté presente la alegría, el humor, fundamentalmente afectos, sentimientos o emociones. O aquellos mensajes que desean ser recibidos por el destinatario, a partir de una mirada preferencial, cuando está buscando una determinada información, sobre un producto o servicio, que deseaba adquirir en forma inmediata o mediata.
El consumidor actual está cansado que le señalen productos desde los medios convencionales, audiovisuales, y que les hablen sólo vendiendo. Es decir, construyendo “anuncios básicos”. Su cliente es un ser sensorial, por lo que necesita relacionarse con el producto Spa que usted le ofrece desde ángulos innovadores, participar de la búsqueda y develación de la marca y la esencia del mismo. Desea y quiere “vivir” experiencias personales cercanas a su imaginario. El cliente de hoy, el cliente Spa, el que sabe, sin duda experimenta el mundo a través de los sentidos y es a través de éstos que vive la experiencia Spa en su cerebro.
Así, el Spa se convierte no sólo en un espacio para el descanso del cuerpo y el sosiego de la mente, sino en un oasis para el reposo y el “mimo” en manos de profesionales especializados en medio de ambientes relajantes y de ensueño que invoquen los cinco sentidos: la vista, el oído, el tacto, el olfato e incluso el gusto.
E. O. C.