Deborah Szekely: más que un Ícono Mundial de la Industria Spa
“Con 91 años a cuestas, 70 de los cuales dedicó a iniciativas de turismo, educativas, de salud, del medio ambiente y de la gestión Spa, la fundadora de Rancho La Puerta es referente universal en la gestión de Spas”
Su legado va más allá de ser la fundadora de dos de los Spas más famosos, lujosos y completos del mundo, tiene que ver también con su incansable trabajo al servicio comunitario y por su filantropía, prueba de ello son los sendos reconocimientos que ha recibido durante su vida, uno de ellos, la Orden del Águila Azteca, otorgada por el gobierno mexicano gracias a su labor como promotora de numerosas iniciativas turísticas, educativas, de salud y del medio ambiente en beneficio de las personas que viven en la región fronteriza de Baja California, a través de su fundación "La Puerta"... Se trata de Deborah Szekely.
Quién es Deborah Szekely
La ex presidenta de la Fundación Interamericana (FIA), se destacó durante su mandato, que comprendió el periodo 1984-1991, por innovar y desarrollar estrategias en la gestión de Spas, con un claro enfoque hacia el bienestar.
Deborah nació en Brooklyn, Nueva York, el 3 de mayo de 1922, en el seno de una familia nada convencional y amante de la comida "frugívora," lo que significa que sólo comían frutas crudas, verduras y frutos secos. Su madre era vicepresidente de la Sociedad Vegetariana de Nueva York. "Casi todos los fines de semana salíamos de excursión a sitios distintos en donde estar en contacto con la naturaleza. Entre semana me quedaba dormida escuchando conferencias sobre salud", escribió en su libro Secrets of the Golden Door.
Cuando la Gran Depresión golpeó a Estados Unidos en 1929, las frutas y hortalizas frescas alcanzaron precios prohibitivos o bien eran inexistentes, ante esta situación, los padres de la también fundara de Combined Arts and Education Council of San Diego Country (COMBO), se embarcaron en un buque de vapor a Tahití.
Allí conoció al profesor Edmond Bordeaux Szekely, un erudito húngaro, que estudió las primeras civilizaciones y estaba centrado en la búsqueda de nuevas maneras de vivir una vida más natural frente a una cultura cada vez más antinatural. Así, con apenas 16 años, Deborah fue su secretaria y a los 17 contrajo matrimonio y se trasladaron a Tecate, Baja California Norte, en México; al año siguiente iniciaron el concepto “refugio para la salud” encarnado en Rancho La Puerta. Vivían en una pequeña casa de adobe y los huéspedes que llegaban instalaban sus casas de campaña, nadaban en el río y escuchaban las conferencias que sobre dieta y salud dictaba el profesor Szekely. Ahí mismo experimentó la comida a base de soja, el ayuno en su diferentes modalidades, los baños de barro y las curas con frutas y plantas medicinales.
En sus primeros meses Rancho La Puerta carecía de electricidad y agua corriente, por lo que se leía en las noches con lámparas de querosene. Deborah se hacía cargo de toda la operación del lugar, desde cuidar los jardines y los animales hasta atender a los invitados. Con el devenir de los años él empezó a dar cursos y conferencias por todo el mundo relacionados con las religiones del mundo, mientras que Deborah fue la artífice del crecimiento de Rancho La Puerta, innovando en todo momento el concepto al grado de alcanzar niveles de excelencia envidiables.
Para ese entonces, su matrimonio llegaba al fin y al mismo tiempo ella iniciaba por cuenta propia Golden Door, el primer Spa Resort de lujo en Estados Unidos. Al igual que con Rancho La Puerta, en un inicio el concepto descansaba en una casa moderna con capacidad para 12 personas a la semana, lo que atrajo el interés de una clientela no imaginada, artistas y personalidades destacadas; fue tal el éxito que Deborah lo rediseñó y para ello se inspiró en una posada japonesa. La puerta original se conserva aún.
Filosofía de vida… filosofía de Spa
Si hay algo que define a Deborah Szekely en su gran sentido de la innovación, el mismo que manifestó en Rancho La Puerta y Golden Door, al contratar instructores de ejercicios con experiencia en danza moderna. Con ello se convirtió en la pionera del "Día Fitness", en donde implementó que se alternaran clases activas con pasivas. Al mismo tiempo, introdujo clases como yoga para los huéspedes que nunca las habían tomado.
Para esta mujer, el sentido de la vida es cuidar al cuerpo y saber escucharlo, razón por la cual Rancho La Puerta fue diseñado para enseñar al huésped a tomarse de la mano consigo mismo; es decir, para que aprenda a escuchar los mensajes por los que le duele el cuerpo y que al terminar su estadía salga respetándolo.
Y como todo en ella es congruencia, aconseja a la gente hacer lo que ella ha venido haciendo durante décadas, que al despertarse por la mañana se tome el tiempo necesario para estirar los músculos y sentir el movimiento natural del cuerpo, sentir la energía y ser conscientes del milagro de estar, respirar profundamente y agradecer por ese cuerpo bendito y bendecirlo. Para Szekely, en la medida que se respete al cuerpo, este responderá de forma natural autorregulándose y autocurándose.
Sostiene que uno debe cuidarse y cuidar su salud para tener una vida madura sana y feliz, por lo que considera que los primeros 30 años de vida son para la educación y crecimiento, de los 30 a los 60, el inicio de un hogar y criar hijos, y de los 60 en adelante para reinventarse. “La razón de cuidarse es soñar desde jóvenes lo que nos gustaría estar haciendo a los 60”, afirma esta mujer que con su filosofía de bienestar y salud ha impactado a más de medio millón de huéspedes.
Por otra parte, los huéspedes tienen acceso a una amplia selección de opciones de bienestar durante su estancia: comida saludable, charlas de bienestar, senderismo, un "centro de salud" con una buena gama de tratamientos Spa, cuatro piscinas y diversos programas de fitness para estar en forma.
“La razón de cuidarse es soñar desde jóvenes lo que nos gustaría estar haciendo a los 60”, afirma esta mujer que con su filosofía de bienestar y salud ha impactado a más de medio millón de huéspedes. |
Su filosofía también se centra en el respeto por el otro, por lo que la lleva a la práctica junto con su hijo Alex Szekely (quién fungió como administrador del negocio hasta su muerte) en la forma de trabajar y ver a los empleados. Fue su hijo quien estableció programas de apreciación hacia el personal, pues estaba firmemente convencido de que quien cuida al cliente debe ser cuidado a su vez. Hasta el día de hoy se sigue aplicando la misma política, por lo que es numeroso el personal que lleva años trabajando en el lugar y que se apasiona por su trabajo y se considera a sí mismo como parte de la familia de este lugar.
Rancho La Puerta
'El Rancho', como cariñosamente lo llama Szekely, fue votado Mejor Destino Spa por los lectores de la revista Travel & Leisure en 2010 y 2011. Y es que calidad y servicio son el súmmum de la excelencia en él.
Baste decir que cuenta con uno de los espacios verdes más envidiados y únicos del mundo, el cual fue diseñado por Sarah Livia Brightwood, hija de Deborah Szekely; el resultado fue un paisaje sostenible, cuya biodiversidad da lugar a aves, insectos, viñedos, flores y árboles cuyas sombras son santuarios de descanso para pasar las horas del mediodía. Es un lugar de curación.
El diseño de este área llevó décadas, ya que cada sendero, hecho a mano con adoquines de ladrillo rojo conecta con los distintos edificios del lugar y sus respectivas actividades. El paisaje de este jardín, constituye en sí mismo una experiencia de bienestar.
La mujer de los mil rostros
A los 60 años, Deborah Szekely estuvo al frente de la FIA y otras ONG’s, por lo que tuvo la oportunidad de viajar por diversas partes del mundo y constatar de primera mano cómo vivía la gente en los cinturones de miseria, así como en las aldeas remotas tanto agrícolas como pescadoras y logró obtener del gobierno de los Estados Unidos una modesta financiación para una mejora de las condiciones de los pobres.
Deborah fue la primera mujer en California y la quinta mujer en Estados Unidos en recibir el Premio en Administración de Empresas Pequeñas (SBA) y ha estado profundamente involucrada en el servicio comunitario, prueba de ello es su trabajo con Save the Children Federation como patrocinador nacional de México. Fue miembro de los consejos de Claremont Graduate University, Ford Theatre, Fundación Menninger y El Consejo Nacional de la Raza. Tan sólo en San Diego, ha sido miembro fundador de diversas organizaciones.
Ha sido galardonada con varios premios y condecoraciones, principalmente en San Diego, por ejemplo, es la cuarta mujer en formar parte del Club de Rotarios de dicha entidad.
El futuro
La vivacidad, pasión y enfoque con que esta nonagenaria ve la vida, no ha variado ni un ápice, pese a que en 1998 vendió Golden Door y en 2011 entregó el control de Rancho La Puerta a su hija, Sarah Livia Brightwood. Szekely todavía visita con regularidad ambos balnearios para llevar a cabo conferencias.
El año pasado brindó una conferencia magistral en Rancho La Puerta, en donde hacía alusión a su edad y al estado de salud de que gozaba su cuerpo, al referirse a que a pesar de tener 90 años su cuerpo biológicamente era de 60 y que eso se debía a que uno es el responsable de cuidarlo y único beneficiado por hacerlo. Con su filosofía, le dice a los huéspedes/clientes del Spa que las acciones y comportamientos que sustentan el espíritu del Spa no tiene que ver con perder peso, sino con iniciar una conversación con su propio cuerpo, de aprender a escucharlo, se darán cuenta que el cuerpo quiere vivir, estar saludable, por lo que es nuestra elección estar sanos.
Ni que decir de lo intacto que sigue su gran poder de convocatoria e influencia en la gente a través de sus palabras, por ejemplo, en la Global Spa and Wellness Summit , celebrada en 2012, en Aspen, en donde hizo llorar a más de uno.
Con 91 años sigue trabajando arduamente en pro de que se mejoren las políticas de educación y salud en Estados Unidos, ya que le sigue pareciendo inconcebible que en materia de salud avalen el consumo de pizza ¡como vegetal! Es por eso que creo Wellness Warrior, fundación cuyo objetivo es que un millón de personas involucradas con el tema del bienestar donen un 10 dólares al año para juntar fondos y presentar una petición ante el Congreso en defensa de alimentos sanos y saludables, así como de políticas de salud, ya que la gran mayoría de las personas de la tercera edad viven sobremedicadas y eso no es sano ni normal. Con esta iniciativa busca generar un punto de inflexión en el gobierno. La organización ha acuñado el eslogan “Estar Unidos, Estar bien”.